miércoles, 5 de noviembre de 2014

UNA GRIETA DE MODERNIDAD EN UN VIEJO CASERIO ASFIXIADO.

Hola, de nuevo!!!

En la tarde de hoy, vamos a hablalr de Una grieta de modernidad en un viejo caserio asfixiado!!! Estamos hablando de la ya centenaria GRAN VÍA DE MADRID!!!

La villa de Madrid, corte desde 1561, sin embargo no lo parecía a mediados del siglo XIX.

Callejas estrechas, un caserío apelmazado y mezquino, poca salubridad y ventilación diferenciaban nuestra villa de otras capitales europeas.

 Durante el reinado de Isabel II (1833-1868), que fue la época en la que más reformas se propusieron para la villa, se empezó a vislumbrar la posibilidad de crear una Gran Vía que abriese una grieta de modernidad en el inalterable plano de Madrid. Inalterable por el casi nulo crecimiento de la villa, constreñida en sus cercas, en los anteriores doscientos años.

 El proyecto de ensanche de Carlos María de Castro se presentó en 1860, y en 1859 se inició la profunda reforma de la Puerta del Sol. 
Era inevitable construir una Gran Vía y,  la primitiva Gran Vía sería creada como consecuencia de la reforma citada. 
Se prolongaría la calle de Preciados, ya ensanchada en su tramo entre la Puerta del Sol y la plaza del Callao, y llegaría hasta la entonces plaza de San Marcial. 
La idea es de 1862, y algo se empezó a hacer, pero las obras no comenzaron hasta el año 1910 y, finalizaron en 1954.




Casi cien años para construir una calle son muchos años, pero en Madrid los cambios son siempre muy mal asumidos, y la Gran Vía era un cambio muy grande.

En 1910 se iniciaron los derribos de los solares expropiados.  Este primer tramo hizo desaparecer la calle de San Miguel, que iba desde la Red de San Luis hasta la calle de Alcalá. Cuando unos años después se terminó, recibió el nombre de Conde de Peñalver, en recuerdo del alcalde que promovió el inicio de las obras.

En el segundo tramo se acabó con la mayor parte del trazado de la calle Jacometrezo, y el nombre elegido fue el de Pi y Margall, destacado político del siglo XIX que fue presidente del Poder Ejecutivo durante la Primera República.

Y el tercer tramo se inició a mediados de los años veinte y no finalizó hasta que se igualó el terreno en la calle Princesa y se enlazó con la plaza de España. Fue el trozo más destructivo, que más calles hizo desaparecer, y que se llevó por delante el magnífico mercado de los Mostenses, verdadera joya de la arquitectura en hierro. El nombre de este tercer tramo fue en principio Eduardo Dato, presidente del Gobierno asesinado en la Puerta de Alcalá en 1921.

Pero tras la guerra cambian todos los nombres,(aunque los madrileños siempre la conocieron como Gran Vía). En 1981 definitivamente adquiere esa denominación.

Desde su finalización, la Gran Vía se convirtió en una de las principales arterias de la ciudad, comercial y bullanguera, llena de cafés, terrazas, comercios y grupos de turistas extranjeros que recorren sus cuestas en tropel y asombrándose de cuanto ven, asombrándose de contemplar una avenida moderna y europea.

 Nos vemos en la próxima sesión, ser felices!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario