Hola, muy buen día!!!
Hoy miércoles, dia de entrada gratuita en muchos museos, vamos a comentar sobre ellos.
Hoy en día es una de las pinacotecas más importantes del mundo, una
parada obligatoria para todo el que se estrena en Madrid y uno de los
principales atractivos de la ciudad. Hablo del Museo del Prado, una
colección que ha resultado decisiva para colocar a Madrid como gran
destino turístico.
El edificio que ocupa el Museo del Prado fue concebido originalmente para albergar el Gabinete de Historia Natural, cuando ya estaba a punto, la Guerra de la Independencia hizo que este
proyecto cayese en el olvido.
Es con el mandato del nieto de su promotor, Fernando VII,
cuando este espacio empieza a ser aprovechado casi de rebote. Resulta
que el monarca quiso modernizar el Palacio Real con lo más ‘in’ del
momento, ( poner papel
pintado para cubrir las paredes). En ese momento decide prescindir de los
viejos lienzos de Rubens, El Greco o Velázquez que adornaban estancias
del palacio.
Entonces...¿Qué hacer entonces con todos esos viejos cuadros?
Fernando VII aprovechó el enorme edificio creado por Juan de Villanueva a modo de trastero. Allí empezó a almacenar todas las obras que le sobraban. Menos mal que a su esposa, Isabel de Braganza,
verdadera impulsora del museo, se le ocurrió sacar mayor partido de
este lugar.
Con todos los cuadros que su marido había desechado impulsó
la creación de un museo para la ciudad de Madrid. Su apoyo resultó vital
para que el Prado abriese sus puertas un 19 de noviembre de 1819.
Entonces lo hizo con otro nombre,
Museo Real de Pinturas
y bajo otras circunstancias. Sólo estaba abierto al público un día a la
semana y cinco para copistas y estudiosos. Con el paso de los años el
tamaño de su colección fue creciendo hasta contar con más de 8.600 obras
(de las que sólo se exponen unas 1.200) y por ejemplo, en 2010, fue el
undécimo museo más visitado del mundo. Unos datos que no están nada mal
para un lugar cuya primera función fue la de trastero.
El Museo Thyssen-Bornemisza ofrece al público un recorrido por el
arte, desde el siglo XIII hasta las postrimerías del siglo XX. En las
cerca de mil obras expuestas el visitante podrá contemplar los
principales periodos y escuelas pictóricas del arte occidental como el
Renacimiento, el Manierismo, el Barroco, el Rococó, el Romanticismo y el
arte de los siglos XIX y XX hasta llegar al Pop Art. Se incluyen
también algunos movimientos carentes de representación en las
colecciones estatales, como el Impresionismo, el Fauvismo, el
Expresionismo alemán y las Vanguardias experimentales de comienzos del
siglo XX. Asimismo cabe destacar la importante colección de pintura
norteamericana del siglo XIX, única en el ámbito museístico europeo.
Por otro lado, más allá de su carácter panorámico, la colección que
alberga el Museo Thyssen-Bornemisza nos introduce en los gustos y
preferencias de sus dos principales artífices, los barones Heinrich
Thyssen-Bornemisza (1875-1947) y Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza
(1921-2002). Formados en la tradición artística centroeuropea, ambos
prestaron especial atención al género del retrato y del paisaje. Así se
evidencia en las obras del Museo Thyssen-Bornemisza, diferentes también
en este sentido de los cuadros religiosos y de historia predominantes en
otros museos españoles. Desde el 2004 también forma parte del Museo la
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza con más de doscientas obras que
vienen a completar los estilos y géneros ya presentes en la Colección
Permanente.
Ahora hablaremos de a exposición: "Fotos y libros. España 1905-1977"
Éste propone un
recorrido por la historia del fotolibro español, comenzando a principios
del siglo XX y finalizando a mediados de los años setenta, con una
selección de la colección del Museo Reina Sofía, contextualizados y
acompañados de un variado material complementario.
Durante mucho
tiempo la consideración estética de la fotografía se ha limitado a
imágenes individuales, capaces de funcionar de manera semejante a
pinturas o grabados, esquema desarrollado igualmente por historiadores y
conservadores de museos para formar un canon de ‘obras maestras’ para
su estudio y exhibición. Pero este modelo no es el único, y muchos
fotógrafos no pueden sintetizar su trabajo en una sola imagen,
concibiendo su obra en forma de serie.
Los dos modelos generan dos
historias de la fotografía coherentes: una compuesta por fotos para
colgar en las paredes, con un número limitado de copias, a la venta en
galerías de arte; otra en forma de libros, con posible reedición,
disponibles en librerías. La mayoría de los fotógrafos prefieren esta
última opción.
Bueno, pues por hoy, ya he añadido bastante información, tampoco quiero saturar, si quereis visitar alguno de estos museos, no olvideis visitar los link de arriba.
Hasta la próxima sesión!!!
Chaito.